GRUPO COMPAÑEROS DE JESÚS

 

 

 

 

 ¿Qué somos?

Somos un grupo de personas sencillas que quieren seguir a Jesús a través de la oración y el evangelio dentro de la Iglesia, y que intentan llevar su forma de ser cristianos a su acción en la vida cotidiana en todos sus ámbitos: la familia, el trabajo, las relaciones personales y la sociedad.

Los “compañeros de Jesús” queremos ser seguidores de Cristo. Afirmamos que Él es el camino, la verdad y la vida. Deseamos tener la humildad y sencillez necesarias para hacer ese camino en medio de los hombres. La expresión compañeros habla de que no queremos estar detrás de Él ni delante de El sino llegar a caminar al lado de Él, amigos de Jesús, ser como Él.

Somos un grupo de personas que creen en el valor de las otras personas y están a favor de la humanidad, y que quieren quitar obstáculos de sí mismos y buscar su integración personal para encontrarse con los demás hombres y mujeres y avanzar en su camino de fe.

El grupo es un grupo de referencia y de crecimiento. Es de referencia por cuanto la vida de cada uno de los miembros puede ser referencia para los otros compañeros, son espejos donde poder mirarnos para nuestra propia vida. Al tiempo es de referencia porque el propio grupo, en su fidelidad al seguimiento de Jesús ayuda a cada miembro, por encima de avatares, problemas y desengaños, a mantener esa fidelidad en el seguimiento. Es un grupo también de crecimiento ya que juntos compartimos nuestra fe, creamos espacios donde esa fe pueda crecer, y, al tiempo, nos ayudamos a crecer y a madurar como personas.

 

 

 

 

 

 ¿Qué queremos llegar a ser?

Cada uno de nosotros aspiramos a ser como Jesús, y a, en esa comunión, hacer lo que el Padre espera de nosotros.

Cada uno de nosotros y el grupo en su conjunto desea ser signo de esperanza y vida para el resto de los hombres. Vivimos en una sociedad corrompida, sin ilusiones, llena de dolor y sufrimiento, donde la realidad y la injusticia se encuentra disfrazada bajo los oropeles de su desarrollo económico. A lo largo e la historia miles de hombres y mujeres han aportado lo mejor de sus vidas a la sociedad hasta hacer de la actual, probablemente, una sociedad más desarrollada, en muchos aspectos más justa, democrática, igualitaria y próspera que las anteriores; es decir, no miramos con añoranza al pasado, pero sí con conciencia crítica al presente. En ningún aspecto hoy le es posible a un hombre que quiera ser verdadero, aislar el resultado de su propia vida del destino común de los demás hombres. Con nuestra palabra y, sobre todo, con nuestra vida, queremos ser signo de esperanza y de transformación de esta realidad.

 

 

 

¿Qué actitudes son esperables que tengamos?

 

Un cristiano es un hombre al que se le ha revelado una Gracia infinita, que el Hijo de Dios vino a la tierra para salvar a todos los hombres ofreciéndoles una Palabra Nueva. Somos por tanto seguidores del mensaje de Jesús, y eso implica:

·  Vivir como Jesús entre los hombres, en la Sociedad actual, plenamente comprometidos con nuestro tiempo.

·  Tener una opción preferencial por los pobres, por los que sufren, por los desvalidos, por los que son perseguidos, por los oprimidos por cualquier razón. Trabajar por la justicia, denunciar y luchar contra la opresión.

·  Comprometernos con las personas con las que hemos elegido vivir, ayudarlas, asistirlas cuando nos necesitan, saber esperar, tener paciencia, perdonar, comprender, ser honestos, superar nuestro cansancio y desaliento por ellas. No ser bohemios, ni autosuficientes, ni individualistas.

·  Ser tolerantes. Intentar siempre no murmurar, no acusar, dar siempre una palabra amable, no provocar conflictos innecesarios.

·  Ser sencillos. Rebajar nuestro orgullo y vivir con humildad.

·  Buscar desesperadamente la verdad. Intentar escarbar en la realidad aparente hasta encontrar la verdadera realidad.

·  Comprometernos con nuestra opción profesional. Nos ser indolentes, no ser perezosos. No buscar tanto el éxito personal como nuestra aportación para una vida mejor.

 

 

¿Qué instrumentos utilizamos?

 

Reconocemos la oración como el más valioso instrumento de desarrollo y de comunicación con el Misterio que nos habita. La oración es una fuente de transformación poderosa, un espacio de reflexión interior, de comunicación profunda, de serenidad y paz. La oración es la incursión del hombre en la vida que alumbra todo el Universo, la incursión hacia Dios. En consecuencia, todos los miembros del grupo dedicamos un espacio a la oración cada día.

La celebración de la eucaristía es pieza fundamental de nuestra vida comunitaria. En ella nos podemos sentir hermanos en la fe, y además, hermanos de todos los hombres a los que el Señor, sin distinción, vino a ofrecer la buena nueva, y por los que dio la vida.

Cada cierto tiempo, seis semanas aproximadamente, nos retiramos de nuestros quehaceres diarios para vivir un retiro. Es una oportunidad para profundizar en nuestra experiencia, reflexionar sobre nuestra vida, compartir con los demás los avatares de nuestro camino vital. En estos espacios dedicamos tiempo para la oración en común, rezando, con el resto de la Iglesia, laúdes y vísperas.

Utilizamos otros instrumentos para el desarrollo personal y de fe, tales como, el taller de oración, reflexiones sobre Mounier, el manifiesto para la Nueva Humanidad de Sánchez Rivera, Sadhana de Tony de Mello, el focusing y un largo etcétera.

 

 

A que nos comprometemos con las otras personas del grupo:

 

1.  A asistir semanalmente a las actividades del grupo que en este periodo se basan en:

·        La oración.

·        La comunicación de vida.

2. A asistir a los retiros.

3. A contribuir económicamente a la casa de integración personal Jesús de Nazaret.

Extraído de dos documentos del grupo: Apuntes para el debate (1998) y Compromiso (2000)

Imágenes de Gregorio Domínguez procedentes del portal Encuentra

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